sábado, 25 de julio de 2015





ENSEÑANZA DE LOS DUENDES (Antigua leyenda irlandesa)

Las historias de los Duendes y el Oro, aún hoy son motivo de uso de excursiones turísticas en la República de Irlanda, llevando a recorrer a los turistas por diferentes bosques en búsqueda de una pequeña bolsita verde llena de monedas oro que esconden entre las plantas los duendes.
Hay cientos y cientos de historias que fomentan esta tradición, en la que no solo los Duendes eran los sastres de las Hadas, excelentes zapateros, pícaros y hasta tramposos que engañaban a quien se les pusiera delante, eran también brillantes mineros de oro.
Cuentan entre tantas leyendas, al respecto de la relación del oro y los duendes que era poseedores de grandes minas de oro.
Una de ellas relata que en una pequeña aldea irlandesa al sur del país, cercana a Limerick, era de las más importantes. Allí trabajaban cientos de duendes todos los días, sacando el oro y lo trasformaban en monedas.
Muy organizados en su labor, pero estrictos en su responsabilidad y confidencialidad, su modo trabajo, era demasiado selectivo. Había un duende encargado del cuidado de las ánforas donde se colocaba el oro extraído, y era su responsabilidad repartirlo entre los que se ocuparían en fundirlo, para luego derivarlo a los “duendes creativos” que realizarían las monedas, con diferentes figuras, en la mayoría de los casos.
Una vez finalizadas las monedas, otro duende que habitaba siempre en un túnel, recibía en una gran vasija las monedas y las trasladaba por un carril de maderas, a una gran habitación oculta, la cual era cerrada con doble llave y de la cual él solo tenía las llaves.
Cierta vez, cuando este estaba ordenando y contando las monedas obtenidas de cada vasija recibida del día,
apareció sorpresivamente un hada amiga, con quienes tenían una excelente relación, por lo ya explicitado, ser sus sastres, zapateros, etc. compartían sus vidas con total naturalidad.
La bella y refinada hada, luego de los saludos cordiales, le pregunto:
¿Qué harás si te sucede algo, tu eres el único que sabe dónde se encuentran estas vasijas y el que tiene las llaves?.
El duende, sorprendido, la miró y no le contestó, para proseguir con su tarea. Se había disgustado con esa pregunta?
El hada siguió adelante, haciéndole ver que era demasiada responsabilidad para un solo duende, le cuestiono, hasta que sucedería - si se enfermara o llegara a morirse-, que pasaría con esos tesoros y cuál sería el futuro de los demás duendes, que tanto trabajo realizan diariamente.
Las palabras del Hada amiga, hicieron que al día siguiente, el duende reuniera los duendes, en los que más confiaba y les confesó donde guardaba la llave, les mostró el lugar donde estaban los vasijas, y contó que esta decisión se debía a que un hada amiga le había hecho reflexionar, por si existiese alguna necesidad y el no estuviera.
El hada dejo la mejor enseñanza que pudo haber transmitido no solo al duende, sino a todas las generaciones que venimos construyendo el mundo.
HAY QUE SABER CONFIAR EN LOS DEMÁS, COMPARTIR, PROTEGER A QUIENES SE RELACIONAN CON UNO, Y POR SOBRE TODO NO CREERSE ÚNICO E IRREMPLAZABLE, NECESITAMOS DE LOS DEMAS COMO LOS DEMAS DE NOSOTROS.

Lak´es a la kim

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