viernes, 3 de marzo de 2017


El triskel y las brujas.


El trisquel, triskel, triskellion o trinacria (del bretón tri, tres y askell, alas) es una figura que ha sido utilizada por antiguas culturas de diversas latitudes para representar el movimiento, el equilibrio, la energía solar y el eterno ciclo de la vida. Por ejemplo, para los celtas, el triskel representaba las tres manifestaciones de la divinidad, así como también el lazo entre el cuerpo, la mente y el espíritu; la evolución, el eterno aprendizaje y el crecimiento; el Continuo Infinito Presente o continuidad entre las tres facetas del tiempo (pasado, presente y futuro) y las etapas de la vida (infancia, adultez y ancianidad). Incluso, aludía igualmente a tres valores preciados para los pueblos celtas (amor, sabiduría y fuerza) y sus tres clases sociales (druidas, guerreros y artesanos).

Tan especial era el triskel que sólo los druidas tenían permitido portarlo o usarlo como talismán. Los antiguos sacerdotes y magos trazaban esta rueca de tres espirales en los árboles del bosque, rocas y cristales porque la consideraban también como un portal interdimensional. Para otras culturas, representaba además un símbolo sagrado, protector y generador de paz, salud, amor y abundancia.

Muchas brujas de la actualidad ven en el triskel una manifestación de la creación, pues llevarlo consigo, o bien observarlo mientras meditan, estimula su creatividad, además de que les permite que su energía fluya interminablemente para alcanzar el bienestar, la trascendencia y la conexión con los dioses y con su entorno.

Así, el triskel nos recuerda a las brujas que nuestra propia energía siempre está moviéndose, que nuestras acciones generan cambios y que, pese a los obstáculos, hay una promesa de gracias, bendiciones y protección que trae la vida para cada uno de nosotros.

Lak´es a la kim

No hay comentarios:

Publicar un comentario