jueves, 1 de diciembre de 2016

Cuento Budista: "El Sabio y los milagros."



El sabio y los milagros:


Tres personas iban caminando por una vereda de un bosque; un 

sabio con fama de hacer milagros, un poderoso terrateniente 
del lugar y, un poco atrás de ellos y escuchando la 
conversación, iba un joven estudiante alumno de sabio. 
Fue entonces cuando el poderoso dirigiéndose al sabio dijo: - 
"Me han dicho en el pueblo que eres una persona poderosa y 
que inclusive puedes hacer milagros". 
-"Soy una persona vieja y cansada...¿como crees que yo podría 
hacer milagros? respondió. 
-"me han dicho que sanas a los enfermos, haces ver a los 
ciegos y vuelves cuerdos a los locos... esos milagros solo los 
puede hacer alguien muy poderoso". 
-"¿te refieres a eso?... Tú lo has dicho, esos milagros solo los 
puede hacer alguien muy poderoso... no un viejo como yo.. 
Esos milagros lo hace Dios, yo solo pido se conceda un favor 
al enfermo o para el ciego y todo el que tenga la fe suficiente 
en Dios puede hacer lo mismo. 
-yo quiero tener la misma fe para realizar los mismos milagros 
que tú haces... muéstrame un milagro para poder creer en tu 
Dios. 
Ante la insistencia de aquel hombre poderoso, el sabio acepto 
mostrarle tres milagros. Y así, con la mirada serena y sin hacer 
ningún movimiento le preguntó: 
-¿Esta mañana volvió a salir el sol? 
-Si, claro que sí. 
-Pues ahí tienes un milagro... el milagro de la luz. 
-No, yo quiero ver un verdadero milagro, oculta el sol, saca 
agua de un piedra... mira, hay un conejo herido junto a la 
vereda, tócalo y sana sus heridas. 
lo que podía hacer. 
-¿Quieres ver un verdadero milagro? No es verdad que tu 
esposa acaba de dar a luz hace algunos días?. 
-¡Si! fue varón y es mi primogénito. 
-Ahí tienes el segundo milagro, el milagro de la vida. 

-Sabio...tu no me entiendes, quiero ver un verdadero milagro. 
-¿Acaso no estamos en época de cosecha?, ¿no hay trigo y 
sorgo donde hace solo unos meses había tierra? 
-Si, igual que todos los años. 
-Pues ahí tienes el tercer milagro... 
-Creo que no me he explicado, lo que yo quiero... 
Sus palabras fueron cortadas por el sabio, quien convencido de 
la obstinación de aquel hombre y seguro de no hacerle poder 
comprender la maravilla que existe en todo aquello que le había 
mostrado, señalo: 
-te he explicado bien, yo hice todo lo que podía hacer por ti, si 
lo que encontraste no es lo que buscabas, lamento 
desilusionarte, yo he hecho todo 

Dicho esto, el poderoso terrateniente se retiro ,muy 
desilusionado por no haber encontrado lo que buscaba. El sabio 
y su alumno se quedaron parados en la vereda. Cuando el 
poderoso terrateniente iba muy lejos como para ver lo que 
hacían el sabio y su alumno, el sabio se dirigió a la orilla de la 
vereda, tomó el conejo, sopló sobre él y sus heridas quedaron 
sanadas; el joven estaba algo desconcertado: 
-Maestro te he visto hacer milagros como este casi todos los 
días, ¿Por qué te negaste a mostrarle uno al caballero? 
-lo que buscaba el no era un milagro, sino un espectáculo, le 
mostré tres milagros y no pudo verlos. Para ser rey primero hay 
que ser príncipe, para ser maestro primero hay que ser alumno… 
no puedes pedir grandes milagros si no has aprendido a valorar 
los pequeños milagros que se te muestran día a día.

Lak´es a la kim

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