Cuando los amigos se quieren bien no firman contratos de pertenencia, ni atan con nudos sus vidas.
No asfixian con su presencia, ni exigen ni demandan explicaciones. No clavan puñales por la espalda, el día que no haces lo que ellos esperan. No cobran por lo dado, ni reclaman atención constante como niños. Son los que saben celebrar sus coincidencias y han aprendido a respetar aquello que los hace distintos.
Mujer Árbol
Lak´es a la kim
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